viernes, 9 de diciembre de 2011

La UE no reconoce sus huellas (IPS)


BERLÍN, 9 dic (IPS) - La Unión Europea (UE) redujo sus emisiones de gases invernadero, en especial el dióxido de carbono (CO2), más de 15 por ciento desde 1990, superando así sus compromisos en el Protocolo de Kyoto, según datos oficiales. Pero en este cuadro quedan afuera otros aspectos, como la incidencia de sus importaciones.

Los cálculos favorables solo toman en cuenta las emisiones de la industria y de otras actividades económicas internas, ignorando consideraciones como el consumo en la UE de importaciones procedentes de economías emergentes y contaminantes como las de Brasil, China, India y Sudáfrica.

Si se contabilizan el comercio internacional y el consumo local de bienes importados, las emisiones de CO2 en Alemania y Francia, por ejemplo, habrían crecido más de 20 por ciento en los últimos 20 años, según dos nuevos estudios.

Similares estimaciones se aplican a todos los grandes países industrializados.

Científicos sugieren usar la "huella de carbono" como el indicador más confiable para las negociaciones de la17 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 17), que se celebra en la oriental ciudad sudafricana de Durban y que al cierre de esta edición había extendido sus deliberaciones hasta este sábado 10.

"La huella de carbono incluye a todas las emisiones de las cuales los consumidores de un país determinado son responsables", explicó a IPS el economista Gabriel Felbermayr, de la Universidad de Munich.

"Si un país participa del comercio internacional, entonces su huella de carbono va de acuerdo con el ‘contenido de CO2’ de su comercio", señaló el experto, autor de un estudio al respecto en el Instituto Leibniz para la Investigación Económica.

El "contenido de CO2" de un bien se refiere a todas las emisiones resultantes de su producción. Toma en cuenta no solo las liberaciones de gases en cada etapa de producción, sino también las generadas luego para su comercialización.

El Protocolo de Kyoto establece que los países industrializados deben reducir sus emisiones de gases invernadero, causantes del recalentamiento planetario, más de cinco por ciento para 2012 respecto de sus niveles de 1990.

Oficialmente, Alemania ha cumplido con esto, recortando sus liberaciones de gases 21 por ciento. Francia también asegura haber logrado una reducción de 11 por ciento en las últimas dos décadas.

Pero Felbermayr y otros científicos que evalúan el impacto del consumo de bienes importados en ambos países aseguran que esas afirmaciones son "engañosas".

"Los países industrializados documentan las reducciones de CO2, pero en realidad las emisiones simplemente se han mudado al exterior, dejando incambiado el nivel de liberaciones mundiales", explicó Felbermayr, cuyo estudio analizó las emisiones de CO2 y las huellas de carbono de 40 países entre 2005 y 2007.

Esto se conoce como "fuga de carbono", el aumento de gases invernadero en un país como consecuencia directa de la reducción en otro.

"Hasta ahora, los acuerdos climáticos, particularmente el de Kyoto, medían la contribución de un país al recalentamiento planetario en base a sus emisiones de CO2", indicó el científico. Sin embargo, cualquier reducción registrada bajo este sistema de cálculo es probablemente ilusoria, sostuvo.

"Francia reportó que, entre 2002 y 2007, sus emisiones se habían estancado o levemente disminuido. En contraste, su huella de carbono por habitante creció continuamente en el mismo periodo", señaló.

Según las evaluaciones tradicionales de emisiones de CO2, China es hoy el mayor contaminante del planeta, por encima de Estados Unidos. Pero empleando el indicador de la huella de carbono, Felbermayr concluyó que el país norteamericano era el mayor responsable del recalentamiento planetario.

Carbone 4, grupo francés especializado en medir emisiones de CO2, llegó a una conclusión similar utilizando el nuevo indicador "Eco2climat", que calcula todas las liberaciones de Francia, incluyendo las generadas por la producción de artículos importados de consumo local.

El Eco2climat de Francia revela un incremento de 25 por ciento en los gases invernadero entre 1990 y 2010, y no la reducción que anunció el gobierno de ese país europeo.

"Nuestro indicador estima las reales emisiones que corresponden a los estándares de vida en Francia", dijo a IPS el director y cofundador de Carbone 4, Jean-Marc Jancovici.

"Los datos oficiales sugieren que Francia estaría en el camino correcto para reducir las emisiones sin necesidad de limitar su consumo. Pero nosotros en Carbone 4 hemos demostrado que eso es falso", añadió.

Por su parte, Felbermayr señaló que, en Alemania, la diferencia entre las emisiones y la huella de carbono ha crecido en forma sostenida.

"En 2002, solo 2,5 por ciento del consumo de CO2 fue importado. Para 2007, las emisiones importadas saltaron a nueve por ciento", indicó.

Ese incremento corresponde a las emisiones causadas por una creciente producción industrial en las economías emergentes, especialmente China y Sudáfrica.

Según el estudio de Felbermayr, China exporta más de 27 por ciento de sus emisiones, seguida por Sudáfrica (20,7 por ciento) y República Checa (19,4 por ciento).

Mientras, los mayores importadores de emisiones son Suiza (58,4 por ciento), Suecia (36 por ciento), Noruega (33 por ciento), Holanda (32 por ciento) y Francia (26 por ciento).

"Para impedir la fuga de carbono, un futuro acuerdo climático debe guiarse por la huella de carbono en vez de por las emisiones internas", dijo Felbermayr.

"La huella de carbono puede ser tratada en forma precisa por el Estado, imponiendo un impuesto al consumo sobre el contenido de CO2 de un artículo", sugirió.

Además, "el uso de la huella de carbono (como indicador) también puede incrementar la disposición de China e India a participar en acuerdos internacionales sobre el cambio climático" como el que se discute en Durban, añadió.


http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=99762

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