Preparando el epitafio del MINAM y los Estándares Ambientales del Perú
DESTRABAR INVERSIONES
O LICENCIA PARA ACABAR CON NUESTROS ECOSISTEMA
Por: Blgo. Sandro
Chávez
El día de ayer el Gobierno
del Sr. Humala ha enviado al Congreso de la República un proyecto de Ley que “Establece
medidas tributarias, simplificación de procedimientos y permisos parar la promoción
y dinamización de las inversiones en el País”.
Dicho Proyecto de Ley, en su
capítulo III, pretende reducir las competencias ambientales del Ministerio del Ambiente (MINAM) para aprobar los Límites
Máximos Permisibles (LMP) y Estándares de Calidad Ambiental (ECA), así mismo
pretende reducir la capacidad sancionadora del Organismo de Evaluación y
Fiscalización Ambiental (OEFA) para establecer multas a las instituciones que
incumplan las obligaciones ambientales y por otro lado intenta limitar las
opiniones vinculantes y no vinculantes de los sectores para aprobaciones de los
Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
La creación de zonas
reservadas por Servicio Nacional de las Áreas Naturales Protegidas (SERNANP); se
vería reducida al quitársele al MINAM su función de establecerlas.
La propuesta de Ley de
marras contraviene el Convenio sobre Diversidad Biológica de las Naciones
Unidas, la Ley Orgánica para el aprovechamiento sostenible de los recursos
naturales (Ley 26821), la Ley de Áreas Naturales Protegidas (art. 13) y así
mismo las obligaciones del Perú frente al Tratado Libre Comercio con Estados
Unidos.
El pretexto usado para el supuesto
destrabamiento de las inversiones serian “las demoras” que los procesos para
obtener EIAs o para la fiscalización ambiental generan a los “pobres“ inversionistas,
cuestión que no es cierto y que en todo caso pueden ajustarse y mejorarse pero jamás
debilitarse y mucho menos trasladar las decisiones a un Consejo de Ministros
proclive a las inversiones extractivas
sin condiciones, en realidad y aunque no lo admita el Gobierno se estaría retrocediendo
erradamente en materia de normatividad e institucionalidad ambiental.
El grupo de Inversionistas
que pugnan por debilitar la institucionalidad ambiental, en particular los que están
en su mayoría en actividades extractivas quieren convencernos que el actual
momento en que nuestra economía se va enfriando, no es fundamentalmente por la
caída de los precios de los minerales y si no por las exigencias normativas y
de procedimientos en materia ambiental, francamente esto es ridículo e
inaceptable, más cuando connotados economistas han demostrado que las causas
son otras, pero siempre encontraran argumentos aunque descabellados para
debilitar las exigencias ambientales que cuando están en sus países las cumplen
sin ningún problema.
Nos queda claro que este
inefable lobby de las empresas extractivas ante el Gobierno no es de ahora y que
ya ha logrado hasta hoy convertir al MINAM en un ente conservador y
contemplativo, sin embargo su voracidad no tiene límites y ahora pretende de la
mano del Gobierno terminar de sepultar lo que queda de autoridad ambiental en
el MINAM, es decir ponerlo como mero observador en primera fila de los
desastres que se darán en nuestros ecosistemas y medio ambiente.
De hecho la posible aprobación
en el Congreso de la República tan desprestigiado hoy en día, traerá como consecuencia
más conflictos socio-ambientales, en especial de las poblaciones locales y de los
pueblos indígenas que junto a las organizaciones de la sociedad civil
demandarán respeto a sus derechos, a su forma de vida, a sus ecosistemas naturales
hoy en peligro.
Queda claro, que el Gobierno
del Pdte. Ollanta Humala no tiene ningún compromiso de avanzar en reformas para
fortalecer la institucionalidad ambiental, y ciertamente tampoco le interesa
mucho que el mundo durante la Vigésima Conferencia de las Partes de la
Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20), se lleve la
imagen de un Gobierno que solo en el papel y en el discurso se rasga las
vestiduras por la conservación de sus recursos naturales y su medio ambiente,
pero que en la práctica está dispuesto a dar licencia a las actividades
extractivas para acabar con nuestros ecosistemas que a la naturaleza le costó
formarlos en miles de años y que de pronto desaparecerán en algunos meses por
la voracidad de malos inversionistas y de un Gobierno insensible muy poco comprometido
con lo que es el patrimonio de todos los peruanos y peruanas.
Señor Ministro del Ambiente,
si es cierto que Ud. no estuvo de acuerdo con estas propuesta y si se aprueba
en el Congreso de la República, debe ser coherente con su postura y por tanto
renunciar en señal de disconformidad como lo hicieron antes varios funcionarios
públicos, no sea parte de este nuevo atropello contra nuestra institucionalidad
ambiental y nuestra madre naturaleza.
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