Mazán, la hidroeléctrica cuestionada
Ing. Moisés Panduro Coral
I. Una oferta política muy popular
La realización por enésima vez de un estudio para la instalación de una central hidroeléctrica en el sector de Mazán (río Napo) ha generado en los últimos días una controversia que se va extendiendo conforme pasan las horas. Curiosamente, este debate que tiene como protagonistas a la Oficina de Promoción de la Inversión Privada y la Productividad (OPIPP) del Gobierno Regional de Loreto y al Colegio de Ingenieros del Perú, cobró intensidad después de que los estudios fueron licitados y contratados.
El nulo cuestionamiento inicial puede tener explicación en la inmensa popularidad del proyecto en el ciudadano iquiteño. Durante la campaña para la presidencia regional de Loreto del año 2010, todos los candidatos ofrecieron a los cuatro vientos materializar la famosa central hidroeléctrica, con mi modesta excepción que, candidato entonces, privilegié más bien la conexión de Iquitos al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional y las posibilidades que ofrecían para Loreto otros proyectos energéticos que no están ubicados en la amazonía baja. Muchos candidatos, seguramente bien intencionados, no tenían ni nociones de cómo se podría construir la hidroeléctrica, pero ésta estaba en sus discursos, en sus declaraciones, en sus notas de prensa, en sus volantes, en sus spots, lo que demuestra que ser superficiales, poco estudiosos y escasamente reflexivos constituyen debilidades inocultables en gran parte de la clase política regional.
Por eso es altamente valorable los esfuerzos que han venido realizando en las últimas semanas el Colegio de Ingenieros del Perú- Consejo Departamental de Loreto, blogueros como Edgar Valdivia Isuiza, el periódico “Iquitos al Día” y la Universidad Científica del Perú para debatir la viabilidad o inviabilidad del proyecto.
II. Un recuento de los estudios
Según refieren los conocedores, el proyecto data de 1973, pero el primer estudio del que se tiene memoria fue efectuado en 1983 por Electro Perú llegándose a la conclusión que una hidroeléctrica en Mazán podría producir entre 20-25 MW. En 1986, la entonces Cordeloreto recibió el apoyo de una misión canadiense para evaluar la factibilidad del proyecto. Las conclusiones de dicha evaluación fueron presentadas oficialmente ante expertos de diferentes instituciones públicas relacionadas al desarrollo regional, estableciéndose su inviabilidad debido a que su potencial arrojaba apenas 5 MW en época de creciente.
Años después, en 2002, la Dirección Regional de Energía y Minas presentó un estudio elaborado por la consultora internacional Canadian Executive Services Organization (CESO), el mismo que traía como novedad la incorporación del caudal del Napo a la propuesta inicial de utilizar sólo las aguas del Mazán, llamándose desde entonces el proyecto Napo- Mazán. Un desnivel de 6.2 metros y el ínfimo caudal del Mazán resultaban insuficientes para lograr un potencial financieramente rentable, entonces se propuso trasvasar las aguas del Napo en un primer tramo hacia el río Mazán y en un segundo tramo del Mazán hacia el Amazonas bajo el esquema de una central de pasada. No tengo el dato de cuánto costó el estudio pero los recursos utilizados provinieron del denominado CTAR-Loreto. Algunos refieren que este estudio del 2002 es una versión superada del que elaboró en 1993 el ingeniero Nigel Clipstone. Se tienen noticias de otros estudios realizados en 1992. Son tantos los estudios realizados que a cualquiera confunden.
En 2007 mediante dispositivo expreso, el Ministerio de Energía y Minas otorgó una concesión temporal de generación a la empresa Iquitos Hepp S.A. con un plazo de dos años para la finalización de estudios cuyos costos ascendían a más de un millón de dólares. De los estudios que debieron culminar en abril del 2009 nunca se supo nada, por eso es que al año siguiente, en 2008, el mismo Ministerio otorgó una nueva concesión temporal esta vez a la empresa Electro Oriente, con un presupuesto de estudios de más de 4 millones de soles los que deberían concluirse en mayo de 2010. A punto de caducar el plazo, esta empresa convocó a un proceso de selección para elaborar el perfil por un monto de 350 mil soles, pero se sabe qué todo ello no quedó más que en un bosquejo.
En 2012, el gobierno regional de Loreto con el respaldo presupuestal del gobierno central licitó, una vez más, la ejecución de los estudios. En efecto, la Ley 29812 de Presupuesto del Sector Público del año 2012, dispone la transferencia por parte del Ministerio de Energía y Minas al gobierno regional de Loreto de un monto de cinco millones de soles para solventar los gastos que demande el estudio con la atingencia de que la entrega de recursos debe hacerse a más tardar en marzo del presente año. Paralelamente el gobierno regional transfirió internamente de varias fuentes de financiamiento un monto de 6’432,000 soles para cubrir, en el primer bimestre, el 100% de las necesidades de corto plazo del proyecto sin que nadie haya podido descifrar hasta ahora en qué consisten esas “necesidades de corto plazo”.
Hemos visto después que el monto de los estudios se elevó a cerca de 15 millones de soles, equivalente al 3% del costo del proyecto. La ciudadanía desinformada y engañada creyó que ese millonario monto era para iniciar la construcción de la hidroeléctrica. Tardó mucho en comprender que el dineral estaba destinado a financiar sólo los estudios de factibilidad y no a iniciar la construcción de la obra.
III. Las observaciones técnicas sin respuesta
· El diseño técnico
El esquema diseñado originalmente por CESO es una central de tipo fluyente. Considera obras civiles de captación de agua tanto en el río Napo como en el río Mazán, así como la construcción de barrajes de 11 metros de altura y 175 metros de largo en la base de ambos ríos, además de canales de conducción de las aguas, casa de máquinas, suministro y equipamiento de las subestaciones y líneas de transmisión de 220 KV. Los canales de conducción estaban previstos, uno en el tramo Napo- Mazán y, otro, en el tramo Mazán- Amazonas. Este diseño fue ampliamente difundido cuando se licitó el estudio.
Sin embargo, si bien el estudio de pre factibilidad de CESO representa para la OPIPP “la biblia de la producción hidroeléctrica en selva baja”, de las exposiciones realizadas recientemente por sus funcionarios se colige que estarían proponiendo un cambio en el esquema del proyecto en cuanto a su ubicación y diseño. Así, estarían considerando el abrimiento de un solo canal de derivación directa desde el río Napo hacia el río Amazonas aguas abajo de la desembocadura del río Mazán según lo muestra el Gráfico N° 1: Barraje vertedero y canal de derivación de la C.H. Mazán, lo cual a nuestro parecer lejos de solucionar el problema o de reducir los costos finales, agravaría el enorme riesgo de erosión de las orillas en la zona de influencia del proyecto con impredecibles consecuencias de todo orden.
Gráfico N° 1: Barraje vertedero y canal de derivación de la C.H. Mazán
Por otro lado, no hay que ser especialista para saber que colocar barrajes en el río acarrearía grandes perjuicios económicos y ambientales. Los barrajes son estructuras sólidas que se implantan en forma de barreras en un punto del río para reorientar en parte la dirección de una corriente de agua. Para su construcción, es necesario desviar y secar el río temporalmente, pero una estructura como ésa, expuesta en un río de alta velocidad, sedimentoso y de caudal apreciable en un terreno poco estable no sólo se deterioraría rápidamente sino que traería otras complicaciones catastróficas.
En primer lugar, afectaría la navegabilidad del río Napo en el tramo Mazán- Francisco de Orellana de aproximadamente 88.5 kilómetros, riesgo que el estudio de CESO lo reconoce cuando dice que el barraje impedirá el tráfico fluvial en los periodos de vaciante. En segundo lugar, podría originar un redireccionamiento de la corriente del río que como consecuencia de la dinámica hídrica y la fricción de las aguas desbordaría el canal de derivación pudiéndose convertir en un tiempo no muy lejano en el brazo principal del río Napo saliendo al río Amazonas en un lugar cercano a la localidad de Indiana. No hay que olvidar que la distancia entre un río y otro es de apenas 4 kilómetros y medio.
· El caudal es insuficiente
Uno de los cuestionamientos técnicos que se hace al proyecto es respecto al caudal del diseño, un factor esencial para el cálculo del potencial eléctrico. Según la OPIPP el caudal del diseño es de 3,000 m3/seg. los que se obtendrían a partir de los 8,500 m3/seg del río Napo más los 1,000 m3/seg. del río Mazán. Los 3,000 m3/seg. representan el 32% del total de los 9,500 m3/seg. Más allá del negativo impacto ambiental y de navegabilidad fluvial que significaría el hecho de que la tercera parte de ese caudal del río Napo sea trasvasado al río Amazonas, es bueno preguntarse cómo se aseguraría el caudal requerido cuando llegue la época de vaciante, pues de acuerdo a los datos históricos, entre los meses de enero, febrero y marzo el caudal se reduce a menos del volumen que es necesario para sostener la potencia de 150 MW. Ver el Cuadro N° 1: Caudales Medios Mensuales del Napo (1969-1999).
Cuadro N° 1. Caudales Medios Mensuales del Napo (1969-1999).
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(m3/seg)
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Meses
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V.max.
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8586.56
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8422.40
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10285.65
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9628.54
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8843.33
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12195.51
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14366.69
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12473.23
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14691.13
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13423.30
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13130.39
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10385.53
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V.Min.
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3389.32
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3762.61
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5390.44
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3468.24
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2813.90
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2122.33
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2788.03
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3821.20
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5430.24
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6918.68
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7577.70
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4479.34
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Cuadro Nº 1: Caudales
Otra cuestión es que los 3,000 m3/seg representan entre el 70% al 90% de los caudales mínimos en varios meses del año, lo que está directamente relacionado con el probable secamiento del tramo que va desde Mazán hasta la actual desembocadura del Napo que quedaría como un gigantesco meandro, un escenario que afectaría también, y gravemente, la variable sociodemográfica, es decir los pueblos asentados en ambas márgenes del río Napo.
· El desnivel no es de 6.20 metros
El Colegio de Ingenieros del Perú, a través de su decano el ingeniero Hugo Astete, ha puesto en entredicho la altura (H) del desnivel entre el Mazán y el Amazonas que es el otro factor importante para el cálculo del potencial. De acuerdo a las mediciones efectuadas en abril y junio de este año por un equipo de expertos la caída en la etapa crítica, es decir cuando el río Napo está en su nivel mínimo y el río Amazonas en su nivel máximo, estaría en un máximo de 2 a 4 metros y es que los regímenes de fluctuación de los niveles de las aguas de los ríos Napo y Amazonas son diferentes, lo que abunda en contra de la viabilidad del proyecto.
Ver Gráfico N° 2: Diferencia de niveles entre los ríos Napo y Amazonas.
· No tiene un potencial de 150 MW
A partir de los factores de desnivel (H) y caudal (Q), el Colegio de Ingenieros del Perú ha efectuado cálculos del potencial eléctrico llegando a la conclusión de que el tan pregonado potencial de 150 MW estaría lejos de alcanzarse. En efecto, al aplicar la fórmula para el cálculo del potencial eléctrico tenemos que en todos los casos el potencial real es mucho menor que los 150 MW proyectados. Cálculos efectuados en diferentes simulaciones, indican que en el mejor de los casos y pasando por alto todas las demás observaciones, el potencial estaría solamente entre 50 a 90 KW, lo cual disminuye más su rentabilidad financiera.
IV. La vulnerabilidad ambiental
· La vulnerabilidad de las tierras
Las referencias a la vulnerabilidad de la cuenca del Napo son muchas y provienen de diferentes fuentes. Así, el Estudio de Zonificación Económica y Ecológica de la Zona de Influencia Mazán- El Estrecho efectuado por el Proyecto Especial de Desarrollo Integral de la Cuenca del Putumayo (PEDICP) concluye que en el sector Mazán presenta una mayor superficie de tierras con vulnerabilidad alta debido a la accesibilidad para la extracción de recursos de flora y fauna, a la dinámica del río Napo y a la mayor densidad poblacional.
· La fragilidad de los suelos
Como es imprescindible cuando se trata de megaproyectos, la cimentación de las grandes estructuras adquiere una gran importancia y tiene nombre propio: suelos estables. Es hartamente conocido que en la amazonía baja los suelos son muy frágiles por su composición arcillosa y arenosa, por su origen aluvial. Hablar de terreno firme en esta región que fue hace miles de años un inmenso mar primitivo, es muy relativo. Esta característica de los suelos amazónicos está directamente relacionada con la aleatoriedad del recorrido de los ríos Napo y Amazonas, con el cambio de sus cauces cada cierto tiempo lo cual es un factor en contra de la operatividad del proyecto en los años venideros.
· El riesgo de un desborde
Como ya mencioné, la construcción de canales en este tipo de suelos es altamente riesgosa, pues por experiencias históricas sabemos que una pequeña variación en los cauces trae enormes consecuencias en la dirección que tomen las corrientes de agua conforme ha dejado entrever el ingeniero Erlin Cabanillas del Colegio de Ingenieros. Un deslizamiento constante en los bordes del río Napo ocasionaría un desastre ecológico y de hábitat para la población que reside en las villas Mazán e Indiana y en los centros poblados aledaños.
Este desborde conforme se muestra en el Gráfico Nº 3: Riesgos de desbordes pasibles de provocarse en el sector de Mazán se iniciaría precisamente en las zonas adyacentes al canal de embalse, pudiendo ambas villas quedar encerradas en una isla al romper el Napo el trecho que le separa del Amazonas, estrangulando de paso los 88.5 kilómetros del tramo Mazán- Francisco de Orellana al obligar al Napo a desembocar aguas arriba. Por la misma razón, el perjuicio ambiental se elevaría exponencialmente si consideramos el daño irreversible a la flora y fauna silvestre de la zona de influencia.
Gráfico Nº 3: Riesgos de desbordes pasibles de provocarse en el sector de Mazán (Imágenes extraídas de Google)
V. La rentabilidad financiera
De acuerdo a la Ley 29812, la construcción de la obra se hará mediante concesión al inversionista privado en el marco de la Ley de asociaciones público-privadas. La verdad es que el proyecto no soporta una evaluación seria y responsable. Al respecto, el ingeniero Max Chávez ha hecho una interesante comparación de ratios para analizar la posibilidad de que el proyecto sea atractivo para el inversionista.
Para ello utilizó como referencia los datos de dos centrales, una hidroeléctrica y otra termoeléctrica, como lo mostramos en el Cuadro N° 2: Comparativo de ratios de rentabilidad en centrales eléctricas.
Cuadro N° 2: Comparativo de ratios de rentabilidad en centrales eléctricas
Central Energetica
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Potencia
(MW)
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Costo
(US$Millones)
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Ratio
(US$/MW)
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C.H. Platanal
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220
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350
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1.59
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C.T. Las Flores
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192
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110
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0.57
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C.H. Mazan
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150
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450
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3.00
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En el cuadro se observa la eficiencia financiera (ratio) de la central hidroeléctrica de El Platanal y de la central térmica Las Flores, ambas de relativa reciente construcción y en pleno funcionamiento, y la probable eficiencia financiera de la hidroeléctrica de Mazán, tomando como base los 450 millones de soles que costaría.
La comparación nos lleva a preguntar si existirá algún inversionista que arriesgue su cartera en Mazán con un ratio de 3 millones de dólares por cada megavatio producido, con el agravante de que los costos de mantenimiento se elevarían estratosféricamente ya que las aguas del río Napo arrastrarían más de 1 millón de toneladas métricas al año lo que exigiría dragados permanentes y un costo mayor de la operatividad del canal de derivación.
VI. El futuro energético de Loreto
¿A qué obedece entonces la ejecución de un nuevo estudio para una central hidroeléctrica en Mazán si ya más de una vez se ha establecido su inviabilidad?. Una justificación tonta es aquella que dice que como región debemos tener autonomía energética, pasando por alto el hecho que eso significa una cobertura regional y no sólo atender la demanda de una ciudad (actualmente, la central térmica de Iquitos cuenta con una potencia efectiva de 48,4 MW frente a la demanda proyectada al año 2015 que se estima en 64 MW y al año 2025 en 137 MW), pero, sobre todo, dejando a un lado el sentido conceptual del Perú como nación unitaria y descentralizada, siendo por tanto que la seguridad energética nacional no está atada a una región en particular.
Precisamente porque somos una nación unitaria es que está en marcha el proyecto de la Línea de Transmisión de 220 kV Moyobamba- Iquitos que fue declarado de necesidad nacional y de ejecución prioritaria mediante el decreto de urgencia 002 de enero del 2011. Este proyecto se encuentra en proceso de licitación, actuando Pro Inversión como entidad licitante a un costo de 330 millones de dólares (sin IGV). De esta manera, Iquitos y otras ciudades importantes del ámbito regional dejarán de constituir un sistema aislado para integrarse al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN) y proveerse de energía producida en unidades de operación más eficientes que se encuentran en la sierra, fundamentalmente.
Algo más, el Perú ha aprovechado apenas el 10% de su potencial hidroeléctrico, pero tengo la convicción de que ese 90% faltante no está en la amazonía baja. La excepción es la posibilidad de una central hidroeléctrica en Manseriche con un potencial de 4,500 MW, previa demostración de su viabilidad. Nos falta aprovechar aún el potencial de la energía geotérmica, de la energía solar, de la energía eólica, en el que estamos todavía en pañales. Como nación tenemos la meta de que al 2040, más del 50% de nuestra matriz energética provenga de fuentes de energía renovable y limpia.
En cuanto a Loreto, debemos diseñar una matriz energética que sin perder de vista la perspectiva de la interconexión al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional -que tiene como objetivo asegurar el incremento sostenido de la generación eléctrica, la amplitud y expansión de las redes de transmisión y la justa y eficiente distribución y comercialización de la energía producida-, combine las posibilidades de nuevas tecnologías con la mitigación de riesgos ambientales y una efectiva rentabilidad financiera. Es el momento de discutirlo, pero por ahora, todo indica que 15 millones de soles no tendrán un destino útil y, como se dice popularmente, será plata botada al agua.
(Publicado en el semanario católico “Kanatari” Nº 1454. Tomo XXX. Páginas 8260-8261-8262. 29 de Julio 2012. CETA. Iquitos, Perú)
Todos los derechos reservados del texto: Ing. Moisés Panduro Coral
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